3 claves para un correcto mantenimiento de tejados

Las cubiertas de los edificios son una parte fundamental de éstos ya que son la protección de la estructura de cierre, son el cerramiento superior de los edificios y tienen como función principal proteger su interior de las inclemencias meteorológicas externas.

 

Los techos y tejados además actúan como canalizadores de aguas y son el principal elemento de estanqueidad y protección.

 

Por tanto, las cubiertas y tejados actúan a modo de escudo ante las inclemencias climáticas (lluvia, viento, nieve, etc.) y deben estar correctamente impermeabilizados. En anteriores artículos puedes consultar qué tipos de materiales impermeabilizantes existen y cuáles son más adecuados en función del tipo de tejado o cubierta que tengamos.

 

Así que es evidente que, a parte de una buena impermeabilización,  un buen mantenimiento es fundamental para evitar grietas, roturas, caída de tejas y formación de humedades, filtraciones y goteras en el interior.

 

Si no mantenemos correctamente las cubiertas y tejados se pueden producir además acumulación de suciedad, deterioro rápido de materiales, atascos en canalones, etc.

 

Las 3 claves para un correcto mantenimiento son:

 

  • La realización de revisiones periódicas (de al menos una vez al año y por profesionales).
  • La reparación inmediata de los pequeños desperfectos (como roturas o desplazamiento de tejas y sustitución de éstas, limpieza de canalones, limpieza de la suciedad derivada de las aves, el musgo, hongos o plantas).
  • La revisión del estado de las juntas, poniendo especial atención en los puntos críticos como son las ventanas en tejados y las chimeneas.

 

Y por supuesto, el uso de los materiales adecuados para cada tipo de cubierta y aplicado por profesionales correctamente puesto que muchas veces encontramos que los problemas de tejados y cubiertas son debidos, a parte de la no revisión periódica de su estado o la falta de limpieza y mantenimiento de éstas, a la incorrecta utilización de los materiales o al uso inadecuado de éstos, o porque no se ha tenido en cuenta el tipo de cubierta o tejado a la hora de escoger dichos materiales o porque no se ha aplicado siguiendo las indicaciones, ya sea por desconocimiento, por falta de experiencia o por una mala recomendación.

 

También debemos tener en cuenta que este tipo de trabajos se deben realizar con las medidas de protección y seguridad adecuadas y siempre recomendaremos que se hagan o por un experto o bajo su supervisión, puesto que antes de ponernos a trabajar en una cubierta o tejado debemos  conocer de qué tipo de cubierta o tejado se trata, de qué material está hecha, qué medidas e inclinación tiene, qué materiales vamos a necesitar para su reparación o mantenimiento (taladros, utillaje), que accesos a la cubierta o tejado tenemos y qué vamos a necesitar para acceder a ellos, conocer con qué medidas de seguridad contamos, la necesidad de señalizar que estamos realizando trabajos en el edificio, etc.

 

Nunca debemos realizar estos trabajos en solitario puesto que se puede producir una situación de emergencia y es indispensable contar con otra persona que pueda ayudarnos o pedir ayuda si fuera necesario.

 

También hay que tener muy presente las condiciones meteorológicas que se dan o darán en el momento de acceder a la cubierta o tejado ya que si se producen rachas de viento fuertes no es recomendable proceder a realizar este tipo de trabajos, siempre debemos intentar minimizar los riesgos.

 

Y como siempre, recomendamos encarecidamente acudir a profesionales que cuenten con la experiencia, materiales y medidas de seguridad adecuados para realizar este tipo de trabajos o que puedan asesorarnos adecuadamente para proceder a la realización de estos trabajos.